KIOSCO DE VANGUARDIA

Hoy hay redes sociales, antes fueron los blogs, en los ochenta había fanzines y hasta radios pirata, pero antes las vanguardias artísticas, literarias o musicales nacían, se encontraban y se difundían principalmente en las revistas. El navegador de las Revistas de la Edad de Plata (http://nrevistasedp.edaddeplata.org) es un buscador visual que relaciona a los creadores del periodo 1917-1939 con los grupos y con los movimientos en los que participaron, así como los artículos que publicaron en una selección de revistas culturales de aquellas primeras décadas del siglo XX. El programa da acceso, además, al facsímil y transcripción de muchos de esos artículos. Son treinta colecciones de revistas digitalizadas que suponen alrededor de 14.000 páginas y contienen más de 8.000 artículos de 1.700 autores. Sumérgete en algunas de las propuestas de aquellas efímeras cabeceras despreocupadas de que le des o no un like.

1616 Y OTROS FRUTOS

En otoño de 1933, Manuel Altolaguirre y Concha Méndez viajaron a Londres con una beca de la Junta para Ampliación de Estudios. Allí tuvieron a su primera hija y lanzaron la revista bilingüe 1616, título que recuerda el año en que fallecieron Cervantes y Shakespeare. En sus diez números, la revista reunió ejemplos de poesía inglesa y española moderna —T. S. Eliot, A. E. Housman, Lorca, Cernuda, AleixandreNeruda,...—, así como 33 estrofas del Adonais, de Shelley, traducidas por el propio Altolaguirre. La niña se llamó Elizabeth Paloma.

LO DIVINO Y LO HUMANO, AMBOS

«Hace mucho tiempo de esto, muchísimo tiempo, los monos habitaban en el pueblo de los hombres, hablaban como ellos, pero no eran sus servidores y he aquí lo que sucedió». Al sugerente comienzo del número de mayo de 1923 de la revista malagueña Ambos le siguen greguerías, caricaturas, poemas, cuentos, xilografías, anuncios de época y un final algo más prosaico: «Se ruega a los señores suscriptores de Madrid y provincias, que no hayan efectuado el pago de la suscripción, lo hagan cuanto antes por giro postal». Y he aquí, en Revistas de la Edad de Plata, lo que sucedió.

ARTE Y EL SILENCIO

«El silencio de la pintura ¿no es un lenguaje ardiente, llamativo, del pensamiento?». Comienza así el texto de José Bergamín sobre una exposición de Benjamín Palencia con el que abría, en junio de 1933, el segundo número de Arte. Con un diseño elegante, cuidadas reproducciones y firmas de la talla de Guillermo de Torre, Ramón Gómez de la Serna, Alberto o «¿Pablo Picasso?», desde su reivindicativo estreno esta Revista de la Sociedad de Artistas Ibéricos se había comprometido a sacar diez números al año. Sin embargo, tras aquel segundo su voz se apagó. «Abre tus oídos a la luz” —dice la palabra evangélica—: abre tus ojos al silencio», completa Bergamín.

EL MAL GUSTO SEGÚN CABALLO VERDE PARA LA POESÍA

En octubre de 1935 salía el primer número de la revista dirigida por Pablo Neruda e impresa por Concha Méndez y Manuel Altolaguirre. La primera página de Caballo Verde para la Poesía estaba dedicaba a una declaración «Sobre la poesía sin pureza» que concluía con la siguiente sentencia: «quien huye del mal gusto cae en el hielo». Las firmas que llenaban aquel número —poemas de, entre otros, Vicente AleixandreFederico García LorcaMiguel Hernández o Leopoldo Panero, junto a dibujos de José Caballero— no dejaban frío.

ESTAS SON CARMEN Y SU AMIGA LOLA

En su subtítulo Carmen se definía como «Revista chica de poesía española». Dirigida por Gerardo Diego y editada en Santander entre 1927 y 1929, entre las firmas que aparecen en sus páginas se encuentran las de Alberti, Aleixandre, Altolaguirre, Cernuda, Max Aub o «Un poeta enigmático y solo» que, parece ser, era Miguel de Unamuno en el exilio. Lola, «amiga y suplemento de Carmen», era más pequeña y menos seria. Estas dos amigas se dejan ver y leer en Revistas de la Edad de Plata.

 

CRUZ Y RAYA, Y PUNTO


En junio de 1936 salió el número 39 de la Revista de afirmación y negación, última entrega de una de las publicaciones más destacadas y de mayor nivel intelectual de la época, dirigida por José Bergamín desde 1933. Como señala Juan Manuel Bonet en su Diccionario de las vanguardias, «la simple lista [de colaboradores] nos habla de la personalidad compleja y del gusto de la paradoja de Bergamín, que publicaba a la vez a comunistas (Neruda, Serrano Plaja, Miguel Hernández) y falangistas (José María Alfaro, Félix Delgado, Rafael Sánchez Mazas), a jóvenes poetas surgidos durante los años treinta, y a católicos a lo Jacques Maritain». Aquel último número de Cruz y Raya se cerraba con greguerías de Ramón Gómez de la Serna: «Una bofetada es igual en todos los idiomas. // Eva fue la esposa de Adán y además su cuñada y su suegra».

HOLA Y ADDOOSS

«Van ustedes a publicar una revista de poesía. La poesía lírica va por delante siempre en el renovarse de las literaturas». Con esas palabras saludaba Azorín al primer número de la revista vallisoletana Ddooss, dirigida por Francisco Pino y José María Luelmo en 1931. Hermana pequeña y surrealista de Meseta, ambas fueron bautizadas por Rosa Chacel con el sobrenombre de «virginales». Además de ser altavoz de los autores de la vanguardia local, en su efímera vida colaboraron, entre otros, Rafael Alberti, Maruja Mallo, Gerardo Diego, Jorge Guillén o Azorín, con aquella carta de bienvenida que también era una despedida: «Adiós al pasado y consagración total al minuto presente»

LA IMPERFECTA FAVORABLES PARÍS POEMA

«Presentamos aquí diversas obras imperfectas por muy diversos estilos pero coincidentes en más de un punto esencial: en su actualidad, su pasión íntima y su orientación al conocimiento. Aún no son quizá bastante imperfectas, pero confiamos poder dentro de poco mostraros otras que lo sean mucho más». Abre así Juan Larrea el primer número de Favorables París Poema, de julio de 1926, revista que dirigió junto a César Vallejo. Tan interesante como la lista de colaboradores —Tristán Tzara, Vicente Huidobro, Gerardo Diego, Juan Gris,...—, es la argumentada de «colaboraciones rechazadas»: «conservando las distancias, imita usted a Marcel Proust». Sólo afinaron la imperfección en un segundo número.

gallo. INTERIOR DE UNA REVISTA

En 1928, por estas fechas, Federico García Lorca estaba dedicado a impulsar desde Granada una revista que reivindicaba un Arte Nuevo para su tiempo. Salvador Dalí dibujó el membrete y en sus dos números colaboraron Jorge Guillén, José Bergamín, Francisco Ayala, Lluís Montanyà, entre otros.
La exposición gallo. Interior de una revista. 1928 recuperó la historia y gestación de aquellas páginas que aquí puedes picotear

HÉROE DE REVISTA

Pedro Salinas, García Lorca, Unamuno o la difusa Margarita Ferreras son algunos de los que colaboraron en los seis números de la revista Héroe (Poesía). Todos se publicaron en 1932 y se abrían con las «caricaturas líricas» que Juan Ramón Jiménez dedicó a jóvenes creadores españoles: Rosa Chacel, «chorreante de rizos negros»; Emilio Prados, «devuelto a Málaga por un juguete», «el extraño volador» Luis CernudaVicente Alexaindre «árbol hombre torre»; además de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez, directores e impresores de aquella cabecera que renació en 1936 como editorial.

«¡ABAJO HOJAS DE POESÍA!...

¡viva la poesía sin hojas!». Si así (de mal) se trataba en sus propias páginas la revista editada en Sevilla en 1935, normal que no pasase del segundo número. En la intimidad, sin embargo, las palabras eran más autoindulgentes, como muestra la carta de Adriano del Valle a García Lorca: «Buena impresión tipográfica, buen papel, y la sombra de Jorge Guillén detrás, muy cerca de nosotros». Y es que no puede estar mal una publicación en la que se puede leer un diálogo del torero Ignacio Sánchez Mejías con el toro: «TORO: Te veo indeciso. No tiembles. Lía la muleta y mátame. TORERO: Eso es más fácil decirlo que hacerlo».

HORIZONTE SACUDE A TAGORE

«Cuando tomo un libro de Tagore, tentaciones me dan de echarlo por alto y sacudirlo y tundirlo con ambas manos, como se hace con las almohadas. Hay que refrescar esta poesía. Alguien ha dormido ya encima de ella». Con un texto casi tan gráfico como el grabado de Norah Borges de la portada, Eugenio d'Ors abría el primer número de Horizonte. La dirección de aquella Revista de Valoración era la de la pensión de la calle del Humilladero en la que vivía el director, Pedro Garfias, quien consideraba que en sus cinco números se habían reunido «dos generaciones líricas»: la ultraísta y la del 27.

DON VINO Y DOÑA CERVEZA DEBATEN EN ÍNDICE

«En Madrid, annos XXI, / día de abstinencia e ayuno, / en esta vida transitoria». Así de estoico y trascendente se fechó el debate medieval entre doña Cerveza y don Vino con el que Enrique Díez-Canedo y Alfonso Reyes quisieron hacer «un palmo de narices al "espíritu de la pesadez"». El tercer número de la revista Índice, que dirigió Juan Ramón Jiménez durante 1921, fue el escenario de aquel lance que tras 131 versos terminó con uno de los contendientes buscando refugio en una panza y con el otro vertido sobre la mesa. ¡Salud! >

UNA «ENCUESTA SENSACIONAL» DE LA GACETA LITERARIA

En junio de 1930, La Gaceta Literaria empezó a publicar las respuestas de intelectuales y creadores a una pregunta que «hace tiempo que flotaba en el ambiente literario español»: ¿Qué es la vanguardia? Gregorio Marañón, Ernesto Giménez Caballero -codirector de la revista-, José Bergamín, Rosa Chacel o José Moreno Villa fueron de los primeros en contestar a una encuesta que continuó durante números sucesivos. Descubre en Revistas de la Edad de Plata todas las respuestas y el resto de contenidos de la principal plataforma española de, precisamente, eso por lo que preguntaba: la vanguardia.

LO MÁS DE LO MÁS: LITORAL

En octubre de 1927 se publicaba el número 5-6-7 de la revista creada por Manuel Altolaguirre y Emilio Prados. En su Diccionario de las vanguardiasJuan Manuel Bonet señala a Litoral como «la más hermosa publicación de la generación del 27» y a aquel número dedicado a Luis de Góngora como «el más espectacular, tanto por su contenido poético como por sus colaboraciones plásticas». Juan GrisPablo PicassoSalvador DalíRafael AlbertiFederico García LorcaManuel de Falla... Recorre Litoral.

NOSTALGIA A LOS CUATRO VIENTOS

En abril de 1933, María Zambrano cumplía 29 años y publicaba un breve ensayo en la revista Los Cuatro Vientos. «La pintura de fantasmas, la pintura de espectros, que fue el impresionismo; y la pintura de razón, que fue el cubismo», escribía, «polarmente opuestos, partían del mismo desventurado origen; nacieron de la desilusión en que los ojos quedaron cuando se les arrebató el mundo de lo sensible». Aquel texto, junto a otros de UnamunoLuis RosalesBenjamín Jarnés y más, completaban uno de los tres números de la última publicación conjunta de la generación del 27. «Cuando todo ha fallado, cuando todas aquellas realidades firmes que sostenían su vida, han sido disueltas en su conciencia, se han convertido en "estados de alma", la nostalgia de la tierra le avisa de que aún existe algo que no se niega a sostenerle».

EL VERANO ACABA EN MEDIODÍA

Entre 1926 y 1933, Mediodía. Revista de Sevilla fue uno de las principales altavoces de la generación del 27. El final del verano de aquel significado año rezumaba en las páginas de su número 8, de agosto-septiembre, a través de la mirada al infinito de los marineros de Benjamín Palencia trufados entre extractos de un «Diario» de Luis Cernuda —«No quiero pescar más peces, que quiero pescar reflejos»—, el «Poema de Asedio» de Manuel Altolaguirre, los paseos de Vicente Aleixandre —«he anotado mis entradas o mis salidas de la noche en el campo; ¿pero la noche de la ciudad?»—, y la invocaciòn a la inversa de Juan Ramón que hace Rafael Laffón en su crítica a un libro «escrito para la ínfima mayoría». Y todo por una peseta.

DE MESETA A CLASE

Es 1928 y en la segunda página del quinto número de Meseta, el Papel de literatura editado en Valladolid, suena el timbre de clase: en «Júbilos (poema del Colegio)», Carmen Conde pasa lista —«Entre los atlas y los pupitres, ¡qué firmes y dulces son las niñas!»—; y un «mal estudiante de Filosofía» (Antonio Núñez de Herrera) transcribe alguno de sus apuntes: «Los filósofos que tienen la misma base son directamente proporcionales a la altura de su imaginación». En otra página, César M. Arconada parece que se despista con su «Estampa —en imágenes— para el cuarto de una jugadora de tenis».

MÚSICA SE COLÓ EN LA GUERRA

En 1938, entre los sonidos de la guerra civil se coló Música, testimonio único en cinco episodios sobre la vida musical española en medio de las bombas. Editado en Barcelona por el Consejo Central de la Música, la revista incluía crónicas de actualidad, artículos historiográficos, sobre pedagogía musical y análisis de compositores firmados por figuras como Eduardo Martínez Torner, José Subirá, Julián Bautista o Rodolfo Halffter. El suplemento que acompañaba cada número reproducía partituras de compositores vinculados a la generación del 27. Como no, la guerra irrumpía inevitablemente en sus comprometidas páginas, como en el estremecedor relato de Antonio Ruiz Vilaplana, «La Ejecución de Antonio José, el músico poeta» >

NORESTE TIENE NOMBRE DE MUJER

Carmen Conde, Elena Fortún, Josefina de la Torre, Ángeles Santos, Norah Borges, Maruja Mallo, Ernestina de Champourcin… En el número 10 de la revista Noreste, primavera de 1935, sólo encontrarás firmas de mujer. No era una coincidencia ni un gesto puntual, desde su aparición en 1932 la publicación literaria impulsada desde Zaragoza tenía las cosas claras: «Heroínas españolas modernas son las mujeres que desafían la desapacibilidad del actual vivir».
Descubre los catorce números de este «cartel de letras y artes» en Revistas de la Edad de Plata.

 

1º DE MAYO EN OCTUBRE

«Todos, escritores, artistas, intelectuales de todas clases, todos en auxilio de los parados de la Tierra, de los trabajadores que luchan por la revolución». Así encabezaba Rafael Alberti su «S.O.S.» por el 1o de Mayo de 1933 en la portada de Octubre, la revista vinculada al PCE que dirigió junto a María Teresa León hasta 1934. Entre las páginas de aquel suplemento especial, una carta de André Gide, un poema de Louis Aragon y el texto del escritor vanguardista César M. Arconada «¿Es posible un cine español?». Su respuesta, en Revistas de la Edad de Plata.

EL AÑO DE PAPEL DE ALELUYAS

En julio de 1927 arrancó en Huelva la revista Papel de Aleluyas con un artículo de Ernesto Giménez Caballero: «Toda la ciudad lanza su maquinismo contra la procesión. Pero a la procesión la defienden los chicos vendiendo aleluyas. Aleluyas finas. Aleluyas». Entre sus páginas, «El espejo, el hombre y el conejo», una aleluya absurda dibujada y escrita por Ramón Gómez de la Serna. Un año más tarde, en julio del 1928, salía en Sevilla el séptimo y último número de esas Hojillas del calendario de la nueva estética con un texto de José Moreno Villa, también acompañado de sus dibujos, que terminaba así: «Sálvense, en fin, al amparo de ese grito sevillano de Aleluya y Hosanna. Grito de resurrección, en el cual viviremos siempre».

POESÍA SE ESCRIBE EN BODONI

En 1930, Manuel Altolaguirre compra su propia imprenta portátil y empieza a editar los cuadernos de la revista Poesía, en la que intercalaba autores clásicos (San Juan de la Cruz, fray Luis de León, Lope de Vega...) y contemporáneos (Pedro Salinas, Jorge Guillén, Jules Supervielle, Matilde Pomés…). La sede de la revista se movía con el impresor y su imprenta —Málaga, Madrid y París—, pero lo que estuvo fijo en sus cinco números es que los poemas estaban impresos «con caracteres Bodoni».

PRISMA DE POESÍA CONOCIDA Y A CONOCER

Hace 99 años, en enero de 1922, la Editorial Cervantes de Barcelona publicaba en París el primer número de una revista que tenía un impulso –«en todo el mundo, después de la Gran Guerra, se siente un inmenso deseo de renovación y de actividad»– y un propósito –dar a conocer «en castellano todas las tendencias mundiales de la poesía»–. Dirigida por el mexicano Rafael Lozano, en sus ocho números Prisma reunió poemas, estudios críticos y secciones regulares como «Los poetas que surgen» o los grabados de A. P. Gallien. Aquel primer número que ahora roza el siglo incluía El poema, de Juan Ramón Jiménez, junto a textos de, entre otros, el uruguayo Emilio Oribe, el francés Paul Fort, el belga Maurice Maeterlinck, el estadounidense Carl Sandburg y el chino T'Zin-Pa-O. Algunos se presentaban en la sección «Glosa», otros no porque «son demasiado conocidos».

MADRID YA NO ES LO QUE ERA EN RESIDENCIA

Mucho antes de iniciativas como la Semana de la Arquitectura o el festival en arquitectura y ciudad Open House, la revista editada por la Residencia de Estudiantes tenía una sección fija sobre lugares de Madrid. En el número de septiembre-diciembre de 1926, tras una acuarela del polaco Jahl de los árboles del Retiro, el futuro cineasta Edgar Neville hablaba de lo que ya no encontraba en el parque: una montañita, una señora —«tal vez se llamase Petra»— que vendía molinillos de viento frente a la Puerta de Alcalá, y una jirafa de la Casa de Fieras: «A la vuelta de un verano había desaparecido. —Se murió— dijeron. Al principio pensamos que sería de nostalgia, ya que veía perfectamente su país desde su altura; pero, luego, al enterarnos del fallecimiento de aquel empleado tan alto, lo comprendimos todo».

EL RASTRO ES RONSEL

Una «barca de vela latina dorada por el sol, barca de pobre pescador, caja de sueños y ataúd» surcó los seis números de Ronsel, la revista editada en Lugo que primero fue «de Arte» y luego «de la nueva generación gallega», y que aspiraba a «un esforzado periplo idealista hacia el infinito». El tercero, de julio de 1924, se abría con un texto de Guillermo de Torre sobre Apollinaire, dejando huellas de ultraísmo en unas páginas de línea pulcra y acogedora que, sin embargo, no se encajonaban en etiquetas ni fronteras. Entra en un Café de Atocha dibujado por Alberto, lee poemas «de Francia» y de Teixeira de Pascoaes, descubre «Los niños de Barradas» en la mirada de Benjamín Jarnés. En gallego, ronsel es el rastro de espuma que deja en el agua una embarcación al navegar.

¿BELLA, ÚNICA Y CON REMITE? 

En julio de 1925 se publicó el primer y único número de , revista dirigida por Juan Ramón Jiménez que incluyó los primeros poemas impresos de Marinero en tierra de Rafael Alberti, así como otros de Dámaso Alonso, una prosa poética de Pedro Salinas y, como propuesta gráfica, bodegones de Francisco Bores y una serie de «desnudos de muchachas» de Benjamín Palencia. Además, en aquel (Boletín bello español) del andaluz universal se detallaba el domicilio de cada colaborador, todos ellos vecinos de Madrid capital. Visítalos >

«ULTRA TIENE RAZÓN»

Hace un siglo, por 30 céntimos uno podía ver si estaba de acuerdo con la afirmación de Eugenio d'Ors comprando el recién salido número 8 de la revista Ultra (Poesía-Crítica-Arte). En la portada aparecía una obra de Rafael Barradas y dentro había, entre otras cosas, un texto de Guillermo de la Torre, poemas de Gerardo Diego o Jorge Luis Borges y un Ramonismo de Gómez de la Serna con una advertencia práctica: «el día en el que la campana del tranvía resulta muy aguda y xilofónica, es que va a llover». También hay un anuncio de la cervecería Oro del Rhin, que estaba en la madrileña plaza de Santa Ana y hoy estaría cerrada. En Revistas de la Edad de Plata, sin embargo, Ultra está abierta y es gratis.

UN AMIC DEL POBLE DE MADRID

El 15 de mayo es San Isidro, fiesta de Madrid. De Ciudad Lineal al Retiro, del Viaducto a los suburbios, el poeta Josep Maria de Sucre recorrió la ciudad en breves poemas dedicados a Ramón Gómez de la Serna publicados en el número de mayo de 1919 de Un enemic del poble. Fue la última «Fulla de subversió espiritual» que dirigía desde 1917 Joan Salvat-Papasseit y que era altavoz de un pensamiento renovador de inspiración anarquista.
A la espera de poder recorrer Madrid con los pies, lo hacemos leyendo las páginas en Revistas de la Edad de Plata: «Alegria de picarols! La Florida!»

EXCLUSIVA EN VERSO Y PROSA

La foto considerada fundacional de la generación del 27 se tomó en diciembre de ese año, durante un homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla. Varios de los autores que posan en ella —Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Juan Chabás y José Bergamín— habían coincidido meses antes en las páginas del monográfico que Verso y Prosa le dedicó al autor de Soledades. Ernesto Giménez Caballero, Esteban Vicente, Gregorio Prieto y Juan Bonafé también forman parte de aquel adelantado número del Boletín de la joven literatura que se puede encontrar trasteando en el navegador de las Revistas de la Edad de Plata. Es un buscador visual que relaciona a los creadores de la Edad de Plata con los grupos y con los movimientos en los que participaron a través de los artículos que publicaron en una selección de revistas culturales de las primeras décadas del siglo XX.

 

 
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