El Boletín de la Institución Libre de Enseñanza del 30 de abril de 1882 abría con esta nota: «El día 20 del actual ha fallecido en Inglaterra, su patria, el Profesor honorario de la INSTITUCIÓN, CARLOS ROBERTO DARWIN, uno de los naturalistas y fisiólogos más eminentes que han honrado con su talento a nuestro siglo, y a cuya imperecedera memoria pagamos aquí el homenaje de nuestra admiración y de nuestro respeto». Más adelante, la necrológica dejaba una cuestión en el aire: «no es fácil augurar la suerte que cabrá en lo venidero a la doctrina de Darwin, ni es este momento oportuno para discutirlo». En 2008, el propio BILE recogió aquel guante en el especial que le dedicó al científico inglés —ahora Charles Robert—, a la historia de su fecundo viaje en el Beagle, al impacto de sus teorías, así como a las coincidencias e influencia que tuvo su pensamiento en el institucionismo español.