En el Libro de Firmas de la Residencia de Estudiantes, junto a la raíz de una rosa dibujada por otro escritor, Francisco Brines escribió: «A la Residencia de Estudiantes, a la que siempre se vuelve con renovada alegría y emoción, lugar de encuentro con la poesía y la amistad». Leyendo sus versos con Claudio Rodríguez, en medio de un grupo de jóvenes becarios o, apoyado en su bastón y fundiéndose en la mañana primaveral de los jardines de la Residencia de Estudiantes, el sosiego que trasmiten las imágenes y los versos del poeta valenciano confirman lo que él mismo apostillaba al inicio de la lectura que dio pie al audiolibro La voz de Francisco Brines: «aunque las palabras no lleven calor, les diré que las palabras llevan calor». El premio Cervantes de 2020 ha fallecido a los 89 años, pero sus versos e imágenes en la Residencia continúan abrigando.